El estado de Israel aún espera al Mesías y también sueña con su plena restauración (del estado de Israel), y consecuentemente los religiosos israelitas que no creen en Jesús como Mesías están tratando de restaurar el templo de Israel.
Muchos creyentes de las iglesias evangélicas que se entusiasman con la escatología dispensacionalista creen firmemente en la reconstrucción del tercer templo como el inicio del tiempo del fin del mundo.
Esta creencia proviene de la interpretación dispensacionalista que considera la “abominación desoladora” mencionada en Mateo 24:15 como una referencia al Anticristo que se sentará, según ellos, en el trono del templo de Jerusalén en la Gran Tribulación.
Para entender esta interpretación dispensacionalista debemos comprender la interpretación bíblica correcta sobre la profecía del Monte de Los olivos (Mateo 24:1—13, por favor leer el texto).
En Mateo 24:3 dice: «Y estando él sentado en el Monte de Los olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?».
Los discípulos están haciendo dos preguntas simultáneamente.
Primero: “¿Cuándo será destruido Jerusalén?”.
Segundo: “¿Cuándo será la venida de Jesús y que señales habrán en el tiempo final?”.
A través de estás preguntas de los discípulos se encuentra el punto de vista escatológico que los judíos en aquel tiempo tenían.
Es decir, los discípulos suponían que la destrucción de Jerusalén era igual al fin del mundo. Ellos pensaron esto conectando entre la destrucción de Jerusalén y la venida de Cristo como dos eventos simultáneos. También, suponían y esperaban que la venida bendita de Jesús sucedería en su propia generación.
La profecía del Monte de Los olivos de Mateo 24 no señala el tiempo del fin del mundo sino la profecía de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C.
La profecía del Monte de Los olivos es, en un primer sentido, una profecía cumplida porque el templo fue destruido verdaderamente como Jesús dijo, en el año 70 d.C.
Las señales del tiempo final no es que sucederán en un día repentino, sino que todas las personas ya están viviendo el tiempo final desde la ascensión de Cristo hace 2000 años atrás.
Entonces, el hablar acerca del tiempo final, fijando una fecha o un periodo especifico de urgencia, debe ser advertido muy cuidadosamente, y la palabra de Cristo nunca respalda en ningún lugar de la Biblia acerca de la Gran Tribulación como los dispensacionalistas sostienen. El estado real del tiempo final es totalmente diferente a una interpretación dispensacionalista de los “profetas modernos”.
El punto en el que Jesús quería enfocarse era en que su segunda venida nunca sucedería simultáneamente con la destrucción del templo de Jerusalén. Jesús enseñó a sus discípulos sobre la verdad que el tiempo de su segunda venida no guarda ninguna relación con la destrucción de Jerusalén, que Jesús mismo advirtió cuidadosamente. El propósito que Jesús tenía, no es que él ofrecería una señal clara de su segunda venida, sino, que, quería advertir urgentemente acerca de la Gran Tribulación que sucedería en la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C. y ciertamente esta es una muy importante fase de transición.
¿Por qué?
Porque el sacrificio del templo terminó, también el país étnico de los judíos fue destruido y los sobrevivientes de la Diáspora aparecieron. De esta manera la destrucción del templo de Jerusalén afectó a la historia del mundo. En Israel ya no hace falta ofrecer más sacrificios de animales a causa del plan universal de Dios para que la segunda venida de Cristo suceda.
La iglesia evangélica protestante y los creyentes deben conocer por qué Dios permitió la destrucción del templo de Jerusalén y su voluntad de que ya no se ofrezca sacrificios de animales en el templo de Dios.
Pero, aún algunos teólogos y creyentes dispensacionalistas creen firmemente en la reconstrucción del templo de Jerusalén, a causa del hecho de que los judíos aún no reconocen a Jesús como Mesías. Ellos conectan la razón para la reconstrucción del tercer templo de Jerusalén a la profecía del Monte de Los olivos de Mateo 24.
Esta conexión está muy desviada de la interpretación bíblica porque la profecía del Monte de Los Olivos significa la destrucción del templo de Jerusalén, no hay ningún indicio que apunte a la reconstrucción de un tercer templo.
Lamentablemente, a través del acercamiento equivocado a la profecía del Monte de Los olivos de Mateo 24, se conecta la profecía de Jesús en el Monte de Los olivos a la reconstrucción del “tercer templo” de Jerusalén, y no a la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C. Jesús quería que los seguidores y discípulos se libren de las consecuencias de la guerra judía contra Roma que culminó en la destrucción del templo de Jerusalén.
Pero, la interpretación dispensacionalista rechaza fuertemente la conexión entre la destrucción del templo de Jerusalén y las señales de destrucción de la generación de aquel tiempo.
Es decir, niegan que la destrucción del templo de Jerusalén en el 70 d.C. signifique la profecía del Monte de Los olivos cumplida con exactitud.
Pero, Jesús advirtió a su pueblo de la “Gran Tribulación” de Mateo 24:21, el “Día de Retribución” de Lucas 21:22, y el “Día de Tribulación” de Marcos 13:19, sosteniendo que estos versículos no significan el tiempo de su segunda venida (la segunda venida de Jesús), sino la destrucción del templo de Jerusalén en el año 70 d.C.
Finalmente, si lo interpretamos como un evento que sucederá en el tiempo del fin, sería muy irresponsable y peligroso espiritualmente.
Mateo 24:21: «porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá».
Lucas 21:22: «Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas».
Marcos 13:19: «Porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá».
En estos versículos podemos darnos cuenta, en base a una buena interpretación exegetica del contexto, que Jesús se refiere a las consecuencias de la rebelión de Israel, su negativa a arrepentirse, que traerá finalmente la guerra contra Roma, y que culminará con la destrucción del templo de Jerusalén en el 70 d.C. (que efectivamente ocurrió).
En el siguiente pasaje, vemos el dolor de Jesús al ver la terquedad de Israel que culminará en esa tragedia en el 70 d.C.
Lucas 19:41—44: «Ya cerca de la ciudad [Jerusalén] Jesús lloró al verla, y dijo: «¡Ah, si por lo menos hoy pudieras saber lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos. Porque van a venir sobre ti días, cuando tus enemigos levantarán un cerco a tu alrededor, y te sitiarán. Y te destruirán por completo, a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no te diste cuenta del momento en que Dios vino a visitarte».
